July 4, 2014
Si usted es de los que se detienen a leer la letra chica antes de firmar algo, lo felicito—sus padres lo han entrenado bien. Si no lo es, entonces tenga cuidado: con su firma podría estar aceptando la membrecía a un gimnasio que no desea, comprando un departamento que no puede pagar o, lo que es peor, podría estar pagando el préstamo de otra persona del que usted sea co-firmante.
En términos generales, los contratos son acuerdos mutuamente vinculantes entre dos o más partes para hacer o no hacer algo. Puede ser tan simple como comprar un café (usted paga U$S3 y el restaurant acepta servirle una bebida), o tan complejo como firmar una hipoteca a 30 años.
Una vez que el contrato entra en vigencia, por lo general, no puede modificarse a menos que todas las partes estén de acuerdo. Y, salvo por unas pocas excepciones (ej. en caso de engaño o estafa), los contratos no se rompen fácilmente.
Antes de firmar un acuerdo contractual, trate de prever todo lo que pueda salir mal. Por ejemplo:
Co-firmar un préstamo puede ser particularmente riesgoso. Si la otra persona deja de pagar, usted debe hacerse cargo del monto total, incluyendo los recargos por mora o los costos de cobranza. No solo perjudicará a su calificación crediticia, sino que además el acreedor puede usar con usted los mismos métodos de cobro que usó con el prestatario principal, incluso puede demandarlo o embargar su sueldo.
Aun así, usted puede querer co-firmar un préstamo para ayudar a un familiar o amigo. La guía práctica de la Comisión Federal de Comercio llamada “Co-Firmar Préstamos” presenta las precauciones que hay que tomar antes de firmar estos acuerdos (www.consumer.ftc.gov).
Algunas otras cosas que recordar:
En resumen: Los contratos protegen a ambas partes. Solo asegúrese de comprender bien todos los detalles antes de firmar en la línea de puntos.
Cuestiones Prácticas de Dinero Recientes
Este artículo proporciona información general y no debe considerarse como asesoría salud, legal, fiscal o financiera. Lo más conveniente es consultar con un asesor fiscal o financiero para obtener información específica acerca de la manera en que las leyes tributarias aplican para usted y para su situación financiera en particular.